lunes, 4 de junio de 2012



''LA COMISIÓN 0.7 PARTICIPA EN EL PLENO DEL AYUNTAMIENTO DE ALBACETE EL 30 DE MAYO DE 2012 EXIGIENDO A LA CORPORACIÓN MUNICIPAL QUE SE MANTENGA LA PARTIDA PARA LA COOPERACIÓN INTERNACIONAL EN EL PRESUPUESTO''.

La Comisión 0.7, expresa su profunda preocupación y total desacuerdo con la decisión tomada por el Ayuntamiento de Albacete de eliminar del presupuesto Municipal la partida para la Cooperación al Desarrollo, ya que se considera un retroceso en los avances que estaban consolidados.

El fin primordial de la Cooperación para el Desarrollo y la Educación para el Desarrollo debe ser la erradicación de la pobreza, el desempleo y la exclusión social; buscar la sostenibilidad y el aumento permanente de los niveles de desarrollo político, social, económico y cultural en los países del Sur y en los del Norte.

En el apartado 3 del artículo 1 de la carta fundacional de las Naciones Unidas y en referencia a sus propósitos ya se señala que entre los mismos se encuentra 'realizar la cooperación internacional en la solución de los problemas de carácter económico, social, cultural o humanitario, y en el desarrollo y estímulo del respeto a los derechos humanos y a las libertades fundamentales de todos sin hacer distinción por motivos de raza, sexo, idioma o religión'.

En la Resolución de la Asamblea General 2626 de 24 de octubre de 1970 se establece el compromiso de los países económicamente más adelantados de aumentar su asistencia oficial para el desarrollo hasta alcanzar el 0,7% de su producto nacional bruto (PNB). De esta manera se comprometen a crear un orden económico y social mundial más justo y racional que elimine las disparidades y que asegure la prosperidad de todos y todas.

El origen del concepto del 0’7% data de 1969, cuando, por encargo del Banco Mundial, el economista Lester Pearson elabora su informe “socios para el Desarrollo”. El informe Pearson reafirmó la posibilidad de lograr el crecimiento autosostenido en los países del Tercer Mundo y redefinió el concepto de Cooperación al Desarrollo. De superación del subdesarrollo se paso a hablar de reducir las desigualdades y suprimir las injusticias mediante una estrategia única de financiación internacional pública del desarrollo, el comercio internacional y la inversión privada. Es aquí donde surge la recomendación de que los países ricos destinen el 0’7% de su riqueza nacional al desarrollo de los  países atrasados estableciendo la idea de la corresponsabilidad entre todos los países. Queda reconocida entonces la deuda histórica con los países más empobrecidos, los abusos e injusticias comerciales y la afirmación de que acabar con las desigualdades es una cuestión de voluntad política, un objetivo medible y alcanzable.

En nuestro país, la crisis está siendo la excusa para frenar las políticas de cooperación al desarrollo y retrasar el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM). La crisis socaba los derechos sociales en los países ricos pero también multiplica desigualdades en la mayor parte de los países empobrecidos, abandonando a su suerte a millones de personas. El neoliberalismo favorece la concentración de la riqueza y ésta destruye las conquistas sociales, niega autonomía a los pueblos, y destruye la diversidad y la paz.

La decisión del Ayuntamiento de Albacete de abandonar la Cooperación al Desarrollo deja unos porcentajes en el presupuesto municipal del 0% en 2011 y del 0% en 2012, lo que supone la erradicación total de la Cooperación en nuestra ciudad. Lo que el Ayuntamiento de Albacete considera partida de Cooperación para 2012 son fondos destinados al programa de ‘Vacaciones en paz’ y si bien no cuestionamos la importancia y beneficio social de esta iniciativa, reiteramos que no se enmarca dentro de la definición de Cooperación al desarrollo y por lo tanto no lo es.

Como consecuencia, no se ha podido dar continuidad a proyectos realizados en años anteriores, que se han visto paralizados en 2011 y 2012 afectado la vida de las comunidades y en definitiva la vida de PERSONAS que viven en la pobreza.

La Ayuda para la Cooperación y Educación para Desarrollo es una necesidad vital para millones de personas. Las 17 organizaciones que conformamos la Comisión 0,7 de Albacete desde hace 25 años, hemos desarrollado y estamos trabajando proyectos en países, como: Nicaragua, El Salvador, Honduras, Guatemala, Ecuador, Perú, Bolivia, Colombia, República Democrática del Congo, República Dominicana, Haití, Sierra Leona, Liberia, Kenia, Chile, Pakistán, Togo, Senegal, Guinea Bissau, Malí, Burkina Faso, Níger, Cuba, Marruecos, Mauritania, Túnez,  Israel, Palestina, el Líbano y España.

Nuestro objetivo ha sido y es lograr condiciones de igualdad entre todos los Pueblos del Mundo en la causa común del desarrollo. Crear Solidaridad y justicia social frente a la caridad, el asistencialismo y el verticalismo. Defender los derechos humanos, políticos, económicos, sociales, culturales y medioambientales de las personas y los pueblos con equidad e igualdad en las relaciones sur-norte.
Para ello, realizamos e implementamos proyectos en áreas de la salud, acceso a medicamentos esenciales, uso racional, prevención de VIH/sida, salud sexual y reproductiva, servicios de abastecimiento de agua potable y saneamiento, educación para el desarrollo, ayuda humanitaria, inclusión social, educación, alfabetización, escolarización, seguridad alimentaria, nutrición infantil, economía familiar sostenible, organización comunitaria, igualdad, dignificación de la mujer e intervención y prevención de la delincuencia infantil y juvenil, entre otros. Millones de personas han mejorado sus opciones de vida a lo largo de estos años, por lo tanto queremos recalcar que la partida de Cooperación al Desarrollo no es un lujo prescindible, la crisis no es excusa para las personas con las que trabajamos y que viven en una crisis permanente.


En el marco de la Comisión 0’7 hemos desarrollado proyectos en los países empobrecidos y apostado por reforzar los valores solidarios y de conocimiento de otras realidades y así se lo hemos trasladado a la ciudadanía albaceteña. Hemos realizado durante 17 años la Semana de la Solidaridad, jornadas participativas dentro de la semana contra la Pobreza que en las últimas 3 ediciones atrajo a vecinos, vecinas, asociaciones de madres y padres y organizaciones sindicales, que se sienten identificados e identificadas con nuestros principios y con quienes compartimos el objetivo común de acabar con la pobreza.


Pensamos que comprometerse con la Cooperación y la Educación para el Desarrollo es un acto de solidaridad y de justicia social, además de constituir un compromiso firmado por los gobiernos y una obligación de los poderes públicos en consonancia con la meta de cumplir los cada vez más lejanos Objetivos de Desarrollo del Milenio.

Recalcamos y demandamos al gobierno del Ayuntamiento de Albacete, gobernado por mayoría del Partido Popular, a recapacitar y mantener su compromiso con las personas más vulnerables. La dimensión universal de la solidaridad debe de ser uno de los ejes fundamentales que vertebre toda sociedad y Albacete ha demostrado en numerosas ocasiones su solidaridad y compromiso, incluso en estos tiempos de crisis. La ciudadanía de Albacete ha apoyando masivamente la labor de las ONGD ante catástrofes naturales y hambrunas, incluso en momentos de crisis. La lucha contra la pobreza es un imperativo ético y de justicia que no admite excusas, así lo entiende la ciudadanía cuando más de 1600 personas han firmado la petición para que la Corporación Municipal mantenga la partida de Cooperación al Desarrollo en el presupuesto Municipal y así lo deben entender sus gobernantes.

Por todo lo anterior, la Comisión 0’7 exige al gobierno del Ayuntamiento de Albacete que:

1.  Mantenga en el presupuesto municipal la partida para la Cooperación y la Educación al Desarrollo.
2.   Renueve el Pacto Local contra la Pobreza firmado en el 2008 por acuerdo entre los partidos políticos: P.P., I.U., PSOE y la Comisión 0’7 como agente social que trabaja en la Cooperación y Educación para el Desarrollo.
3.      Reconozca al Consejo Local de Cooperación como órgano de participación democrática donde la voz de todos y todas sea tenida en cuenta y las propuestas escuchadas para el diseño de las políticas de cooperación.



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